El siguiente editorial apareció en el San Jose Mercury News el lunes, 19 de marzo:
La
oposición se está formando en el Congreso para la renovación de un hito
de 1994 la ley en contra, de todas las cosas, la violencia doméstica. Es
inconcebible que los legisladores podrían socavar los progresos
realizados en este ámbito por el bien de partidarios de un año electoral
la política-o, para el caso, ¿qué circunscripción tienen la esperanza
de atraer. No votar por los republicanos golpeadores?
Como
control de la natalidad, se trata de una política más en peligro de
extinción, que afecta principalmente a las mujeres, que una vez que
parecía fuera de toda duda. La falta de renovación de la ley descarrilar protecciones importantes para los socios maltratadas de ambos sexos.
Hace
casi 18 años, el Congreso aprobó la Ley de Violencia contra la Mujer
para proporcionar fondos para la aplicación de la ley y las
organizaciones comunitarias para ayudar a las víctimas de la violencia
doméstica y llevar a sus agresores ante la justicia. La
última reautorización fue presentado por un grupo bipartidista de los
copatrocinadores de finales del año pasado, pero no pudo conseguir un
solo voto republicano en el Comité Judicial del Senado el mes pasado. Los demócratas se salió de la comisión, pero se enfrenta a un debate virulento.
¿Cómo cambian los tiempos. En
dos ocasiones anteriores, el Senado de EE.UU. ha renovado esta ley - en
el año 2000 y, durante la presidencia republicana de George W. Bush, en
2005. Los votos no eran sólo dos partidos, pero unánime. Esta vez se está frente a una sierra de la crítica de lo social-conservadores republicanos.
Hombres y mujeres son víctimas de violencia doméstica, pero las mujeres son las víctimas más frecuentes. El
senador republicano de Alaska Lisa Murkowski ha instado a sus colegas
para obtener en el lado derecho de esta medida o arriesgarse a perder
los votos de las mujeres en las elecciones de otoño. La mayoría de sus colegas parecen impasibles.
El
senador Charles Grassley de Iowa dijo que se opone a disposiciones que
amplían la protección a parejas del mismo sexo y para los inmigrantes
ilegales que son víctimas de la violencia doméstica. Otros
republicanos dicen que la expansión aumentaría la burocracia y diluir
el enfoque que debe permanecer en ayudar a las víctimas de violencia
doméstica (presumiblemente a menos que sean del mismo sexo o
indocumentados). De hecho la mayoría de los cambios propuestos del proyecto de ley son modestos ajustes de programas y políticas ya existentes.
La
ley cubre ya algunos inmigrantes ilegales que están cooperando con la
policía, e incluye una ruta de acceso a tarjetas de residencia para las
víctimas que fueron calificados de todas formas posibles a través del
matrimonio a los agresores que son ciudadanos estadounidenses. La renovación acaba de permitir que las víctimas más cualificados para seguir ese camino.
Otra
actualización que dejar en claro la ley se aplica por igual a hombres y
mujeres que son maltratadas y no discrimina por motivos de orientación
sexual. No
podemos esperar a escuchar los argumentos para no ayudar a los hombres
maltratados por mujeres o víctimas golpeadas por parejas del mismo sexo.
En cuanto a la demanda del proyecto de ley ampliaría la burocracia, la renovación de esta medida no aumenta los costos. De
hecho, se aboga por una reducción del 17 por ciento de la financiación
general mediante la consolidación de algunos programas de subvenciones. La
medida crearía un solo programa nuevo para los americanos nativos que
se extiende para aplicar la ley en poder de los líderes tribales sobre
las tierras indígenas para que puedan procesar a los agresores no
indígenas.
Si bien es tentador para enmarcar esto como un asunto de mujeres, es realmente acerca de la decencia humana. Como hemos visto tristemente en el último año, la violencia doméstica cruza las líneas de ingresos y origen étnico. Puede involucrar a las parejas hombre-mujer o del mismo sexo. Se trata de un problema social terrible y creciente. Demócratas y republicanos, una vez de acuerdo en esto. Se debe renovar la ley de violencia doméstica.
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